martes, 30 de enero de 2018

EL PAIS DE LA NIEVE Y LA MONTAÑA BRILLANTE 111 (La desconocida y fantástica historia de los pueblos indígenas de Columbus)



“Gracias noble cacique. Entremos entonces a la choza mientras llega mi adorada Pulowi a la que no veo desde hace cinco días” respondió Juyà forzàndose entre la gente que querìa verlo de cerca y tocarlo para volverse mágicos, como ya les había pasado a otros  en visitas anteriores.
Fueron tres dias de borrascas.
 En el tercero y ya por la tarde, el pueblo, que se guardaba en sus ranchos de aquel diluvio tan largo y poderoso, viò como pasaba por entre el caserìo una enorme serpiente de diez cabezas y muchos colores. Se atemorizaron buscando sitios seguros para ocultarse  de aquel monstruo, menos el gran brujo del pueblo que salió corriendo tras la serpiente gritando enloquecido “Ha llegado Pulowi, por fin ha llegado la gran diosa de èsta nación. Llamen a Juyà para que la reciba en sus brazos de agua y la transforme en bella mujer. Llamen a Juyà. Llàmenlo inmediatamente.
El dios de las lluvias salió entonces corriendo entre los ranchos gritando “Pulowiiii, Pulowiiii, ven que yo estoy aquí. Ven, ven ya y descansa en mi pecho”.  Y de nuevo gritò viendo como salìa de entre algunas rocas cercanas la temerosa serpiente que se abalanzò al pecho de Juyà estregando sus cabezas en la cara de su esposo que sonreía felìz. El la aprisiòno en sus brazos y la acaricò en toda su largura hasta que asombrosamente la serpiente se fue transformando en una mujer joven de belleza nunca vista.

“Donde estabas. Porquè te demoraste tanto?” le preguntò Juyà. “Estaba fertilizando el mundo, poniéndole mucha agua a la tierra para que hayan frutos y los hombres no tengan hambre”, contestò La bella Pulowi. “Cuando supe que el dios Chocò se casarìa con la princesa Mile de nuestra nación Wayuu, acelerè mi viaje desde el fondo de los mares, donde estaba. Atravesè abismos peligrosos, recorrì valles que estaban muy verdes, naveguè en ríos furiosos y finalmente me elevè en los aires y volè mucho rato para que me rindiera el viaje hasta llegar aquí. Veo que todo està listo para que le demos la bendición a la pareja y solo esperaremos que de un momento a otro llegue el dios Maleiwa para que también consagre a los casados y asì èsta unión sea perfecta y para siempre”. Dijo Pulowi arreglándose su largo vestido de colores tropicales. Se acomodò su corona de oro y perlas y levantò su cetro del poder que brillaba intenso en la punta superior.






No hay comentarios:

Publicar un comentario