Empezó
a levantar el techo de varas largas sobre las columnas y a ponerle la palma que
estaba amontonada a un lado de varios postes, cosa que hizo en un rato, porque
los nativos se la iban alcanzando.
Ahora
faltaba mojar la arcilla y mezclarla con las fuertes fibras vegetales para
echarla luego entre los palos verticales y horizontales, y levantar así las paredes.
Cajamarca
les enseñó esto, explicándoles con su trabajo, con gestos y algunas palabras
conocidas. Les indicaba como ponerla en la estructura sin dejar huecos, solo en
las ventanitas que eran pequeñas y altas, y por las que difícilmente entraba la luz.
Llegando
la noche, Cajamarca entró allí con Millaray, encendiendo un fuego que espantaba
los bichos nocturnos y otros animales a los que se les ocurriera acercarse con
ganas de quedarse allí.
La
tribu se miraba medio boba, señalando extrañados a los jóvenes de las estrellas,
pretendiendo decir algo para lo que todavía no tenían palabras.
……………Un
dia Millaray fue a donde vivía Caragabi y le preguntó “Gran dios creador de
diluvios y creador de la vida, sabe usted donde queda la montaña brillante?”.
Caragabi se sorprendió, abriendo mas los ojos, poniéndose de pie en un salto,
diciendo “Por què me pregunta eso? Que sabe usted de la montaña brillante?.
Esas son cosas secretas que pocos debe conocer en éstos tiempos. Pero debo
decirle que después del diluvio que hemos vivido, será mas fácil encontrar esa montaña.
Sin embargo no es el tiempo para eso……. Si están interesados, tendrán que vivir muchas aventuras en Columbus.
De modo que no se afanen y vayan con paciencia y sin rendirse” le contestó
Caragabi mirándola sospechoso.
.
. .Millaray y Cajamarca pasaron
mucho tiempo con los Emberá-Catíos a los que enseñaron a trabajar la tierra y a
sembrar distintas semillas, esperando el tiempo y la lluvia para que dieran
fruto.
Millaray
enseñó a tejer vestidos, cobijas, hamacas y otras cosas a las mujeres, a las niñas y también a los hombres. Pasaban
días enteros aplicados en su aprendizaje. Les indicaba como hacer las cobijas
con fibras de algodón encontradas entre las malezas. Les enseñó a hacer ruanas
y vestidos con lana de cabras y también con plumas de los pájaros, mientras
Cajamarca los instruyó en el conocimiento del oro, los diamantes y las esmeraldas……. En
aquella región había mucho de eso, casi en todas partes por donde iban.
Pasaba los días inventando hornos de barro, donde
fundían el oro entre un calor infernal que no dejaban acabar, porque era
difícil ponerlo de nuevo a las altas
temperaturas para éstos oficios.
El pueblo traía oro como arena, en las
ollas gigantes de barro
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