sábado, 17 de junio de 2017

EL PAIS DE LA NIEVE Y LA MONTAÑA BRILLANTE 81 (La desconocida y fantástica historia de los pueblos indígenas de columbus)..........2



Vieron que las pieles de los animales cazados, podían protegerlos, y cortándolas con piedras a las que les sacaban filo en  rocas grandes, se las acomodaron en la espalda, en el pecho  y en la cintura, protegiendo su cuerpo…..Eran hombres fieros, como  los animales de la selva.

Ahora, se peleaban y se mataban en temibles combates, con piedras y palos, por una fruta, por una raiz o por un animal cazado. Entonces a la gente muerta la arrastraban bajo los árboles, donde se los comían con salvajes mordiscos y entre horribles peleas, echándose a dormir después, dos o tres días.
Afortunadamente en aquellos tiempos, apareció entre ellos un ave gigantesca, el còndor de los Andes con Cajamarca y la princesa Millaray en sus espaldas.
En ese tiempo no se habían alejado de aquella región en la que se quedaron viviendo después del diluvio, invitados por el dios Caragabi. “Tenemos que enseñarles muchas cosas a èstos hombres tan violentos y tan brutales” le dijo Millaray a Cajamarca un día en que los vieron desde el cóndor, matándose por un animal del monte  “Si. Nos quedaremos aquí enseñándoles muchas cosas que necesitan saber.”
Entonces el còndor buscò un sitio para bajar entre el bosque oscuro, planeando sobre aquella gente atemorizada que se tiraba a tierra por el pánico de ver semejante ave gigante que se los tragarìa en cualquier momento. Creìan que les había llegado el fin y que prontamente morirían devorados por el buitre, o partidos por un rayo en las noches tan oscuras. Fuerzas desconocidas los golpeaban……… para que aprendieran como era la existencia.
Después, y viendo que de las espaldas del ave  bajaban dos seres humanos con vestidos de colores, con diademas, anillos, pulseras y que además llevaban un niño en las ruanas, quedaron pasmados…… 
“Ustedes quienes son?” les preguntò Cajamarca apoyando su lanza en el suelo. Y cuando la tribu lo oyò hablar, se paralizó, arrodillándose asombrada,  con los ojos muy abiertos, levantando los brazos en súplica.
……Lo primero que Cajamarca y Millaray les enseñaron, protegidos por el canto mágico del pájaro de mil colores que los embelesaba en su vuelo, fue  juntar ramas, troncos secos, palos y hojas a las que prendieron candela, frotando mucho un palo contra una piedra, mientras los aborígenes se acercaban, mirando curiosos entre los sonidos roncos de sus gargantas.
Ver que el fuego se elevaba en llamas retorcidas…….. Que salían de allí chispas de colores, que a esa candela se le sentía magia y misterio, los hacía meter las manos en las llamas, sintiendo la quemazón espantosa……..Gritaban igual que demonios, y corrían entre la selva, enloquecidos de ardor.
Pero se dieron cuenta que al pie de la fogata sentían calor, y se alegraron aprendiendo a mirarse y sonreir.






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