domingo, 11 de junio de 2017

EL PAIS DE LA NIEVE Y LA MONTAÑA BRILLANTE 80 (La desconocida y fantástica historia de los pueblos indígenas de Columbus).......2




A medida que bebían del agua del árbol y que ésta hacia su efecto en los peces, las aletas se les cambiaban en brazos y en piernas, y su cara iba cambiando milagrosamente tomando la misma apariencia que su dios Caragabi.
Esos peces nadaban incansables orientándose  con la voz del dios  que percibían nítida en los torrentes, igualándose en sus velocidades de agua, con el vuelo del cóndor, que iba incansable por el claro y caliente espacio, encontrando por fin las tierras del Chocó donde se quedaron a vivir todo el tiempo, porque supieron que ese era su paraíso, donde aprendieron las cosas del mundo y de la vida diaria, y donde su descendencia crecía sin parar.
Esos peces, reunidos ahora en el chocó y convertidos por la magia del agua del árbol Genene en hombres y mujeres con pensamiento y sentir, crearon el pueblo de los Emberá-Catìos, que andaban confundidos en las selvas y en las orillas de los ríos como seres en pena, sin saber que hacer.
Con los días sintieron necesidad de tener un sitio para dormir porque en algunas épocas las noches eran frias y no tenìan donde abrigarse para sentir calor y descansar tranquilos sin ser atacados por los bichos nocturnos y por raros y miedosos animales que se les acercaban con los ojos brillantes y los músculos potentes con ganas de tragárselos.
Vieron entonces que los àrboles podìan protegerlos con sus ramas, y porque estando arriba del suelo, muchos animales no podrían atacarlos.
Cargaron entonces gruesos y largos palos, amarràndolos con bejucos, subiéndolos y acomodàndolos en las ramas de los àrboles mas poderosos, inventando zarzos  que al final aprendieron a construir volviéndose maestros en eso. Ahí  se tiraban a descansar, a la vez que se ponían ágiles subiendo por los bejucos y por los gruesos tallos, semejante a como lo hacían los micos…… Despues de algunos meses, cayeron en cuenta que muchas hojas del bosque, grandes y gruesas, los protegían dándoles calor en las noches.
Fue así como se arroparon, sintiéndose inteligentes y dueños de la tierra.
Empezaron a usar su pensamiento.
 Vieron que las pieles de los animales cazados, podían protegerlos, y cortándolas con piedras a las que les sacaban filo en  rocas grandes, se las acomodaron en la espalda, en el pecho  y en la cintura, protegiendo su cuerpo…..Eran hombres fieros, como  los animales de la selva.




No hay comentarios:

Publicar un comentario