viernes, 28 de abril de 2017

EL PAIS DE LA NIEVE Y LA MONTAÑA BRILLANTE 74 (La desconocida y fantástica historia de los pueblos indígenas de Columbus).......2



.  Donde queda la cueva donde Getzera guarda el agua?” le preguntó Caragabi, muy disgustado,  al pájaro mosca. “Queda a varios días de vuelo  desde  aquí, pero no se afane gran dios, que yo lo guiaré hasta allá.” “Claro que iré porque sin el agua no se puede crear a la humanidad que quiero poner aquí, en èstas selvas. Sin ella no se  puede vivir”, contestó el muy enfadado.
Mientras tanto, esa noche Caragabi tuvo otro sueño en el que le mostraron que la diosa Getzera era mezquina y miserable y que nunca le daría el agua. Por eso al despertar se dijo “Mañana mismo iré con mi amigo el pájaro dominejo hasta donde Getzera se oculta. El me dirá donde queda su cueva encantada y yo harè lo que debo hacer”. Esa noche casi no durmió por la impaciencia de la espera, y sin dejar que el sol saliera, muy de mañana llamó al dominejo diciéndole “Vámonos ya. Tenemos que encontrar a Getzera para que nos de inmediatamente el agua”. Y el pájaro le contestó “Vamos gran señor Caragabi, cualquier demora es fatal”.
Arrancó el dios a caminar entre la selva a la que difícilmente entraba el sol, por los millones de hojas de los árboles que trancaban la luz con su espesura. Se encontró con muchos animales a los que saludó atento y con afecto porque hacía días no los veía y porque todos eran sus amigos. Trepó muchas veces por rocas altas y resecas, con agilidad. Al fin de cuentas eso no era raro porque el era un Dios y podía conservar su juventud y fuerza el tiempo que quisiera.  
Caminó por encima de miles de hojas muertas, mullidas, semejantes a colchones para el sueño. Bajo a los valles por los que en poco tiempo correrían arroyos de vida, como el querìa. Subió a las montañas, todas pura selva. Atravesó zonas desérticas no muy extensas y ya empezaba a cansarse. Quería tomar de ese líquido de vida. Su pájaro amigo no lo abandonaba…….. y le decía “Animo. Mucho ánimo debes tener, gran dios Caragabi. No desfallezca tu fé, que yo buscaré caminos cortos para llegar rápido”.
Y caminó mucho Caragabi hasta que un dia, entre el canto felíz, y el afán del dominejo, alcanzó a escuchar el ruido del agua dentro de una cueva gigantesca por la que iba pasando en ese momento. “Aquí es donde vive la diosa Getzera y aquí es donde guarda el agua para que nadie mas la tenga” le dijo el pájaro amigo acercándosele al oido.
Entonces Caragabi golpeó fuerte, con una piedra, la encantada peña, golpeó mucho allí, esperando que la diosa le abriera, pero no. Getzera no se dignó abrirle ni contestarle a pesar de que ya se había dado cuenta que se trataba del dios Caragabi.
Y caragabi no dejaba de golpear la roca hasta que indignado por la actitud de la diosa, concentró su pensamiento en la roca que tapaba la entrada, convirtiéndola mágicamente en polvo de la tierra.










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