Entonces
Caragabi golpeó fuerte, con una piedra, la encantada peña, golpeó mucho allí,
esperando que la diosa le abriera, pero no. Getzera no se dignó abrirle ni contestarle
a pesar de que ya se había dado cuenta que se trataba del dios Caragabi.
Y
caragabi no dejaba de golpear la roca hasta que indignado por la actitud de la
diosa, concentró su pensamiento en la roca que tapaba la entrada,
convirtiéndola mágicamente en polvo de la tierra.
Sin
importarle la potencia del agua que salía arrastrando todo, entró en medio de esa
corriente buscando a la joven, que lo miraba incrédula, parada en una alta
roca. …….Y encontrándola, después de un alto salto que hizo hasta allà, la miró
directo a los ojos pretendiendo vencerla en su orgullo. La cogió de la mano con
fuerza bruta, sacándola a la selva y dejándola definitivamente abandonada a un
lado de su palacio de agua y piedras.
Ella
lloraba desconsolada, histérica y Caragabi siguiéndola entre el rugir del lìquido
no se confió de la muchacha. Se acercó
otra vez agarrándola de los brazos diciéndole palabras desconocidas que
inexplicable y mágicamente la dividieron
partiéndola por la cintura “De ahora en adelante serás una hormiga gigante y tu
oficio será cargar por siempre agua en tu boca llevándola a las raíces de los
árboles para que se nutran, crezcan y den fruto”. Getzera no contestó. Solo
inclinó la cabeza dispuesta a obedecer a aquel dios poderoso que había
descubierto la entrada a su cueva, dominando el agua y a la diosa viviente allí.
Ahora
Caragabi estaba felíz porque ya era el dueño del agua y podría crear a la
humanidad Chocò y dàrsela a ese mundo para que la disfrutara desde su
nacimiento.
Y
dando vueltas por ahí, se encontró con antiguos amigos suyos, semidioses y héroes de regiones desconocidas que ahora ponían
agua en la cavidad de un formidable árbol de nombre genene, sagrado para ellos,
para que creciera y se pusiera poderoso……. El árbol crecía sin parar haciéndose
mas ancho y alto cada vez, por el favor del agua.
Caragabi
pensó “será necesario hacer dos cosas para darle agua al mundo. Destruir completamente
el peñasco donde vivía Getzera y derribar el árbol Genene para que la deje
pasar.
Mientras
eso pasaba con Caragabi y Getzera, en otro sitio desconocido y volando sin
rumbo, el cóndor de los Andes con Millaray y Cajamarca en sus espaldas, pasó casualmente
por encima del enorme peñasco y por un lado del árbol sagrado Genene que les
llamó la atención porque parecía tener movimiento, como un animal, además de parecer humano.
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