miércoles, 1 de marzo de 2017

EL PAIS DE LA NIEVE Y LA MONTAÑA BRILLANTE 65 (La desconocida y fantàstica historia de los pueblos indìgenas de Columbus)........2



Todos durmieron como bebés hasta el otro dia, sin ponerle cuidado a las bullas ni a los gritos de la selva. Necesitaban sueño largo por los trasnochos pasados…… Al despertar se sintieron ligeros y fuertes para ir a ser testigos de las nuevas aventuras.
Hoy demostrarían muchas habilidades los pocos combatientes elegidos de aquellas tribus, los aspirantes al trono Guane.
Cazarían pájaros en el vuelo, con sus flechas tan veloces. El primero que trajera veinte pájaros cazados en el aire,  ganaría la competencia, según las normas de ese paìs.
De modo que la muchedumbre llegó a la planicie donde podìa ver la habilidad de los muchachos con el arco y con las flechas.
Muchos se sentaron encima de grandes piedras, otros en los troncos que encontraban por ahí, los otros se sentaban entre la maleza y encima del pasto.
Los combatientes se ubicaron en sitios escogidos con cuidado para cazar los pájaros en su vuelo.
Estaban preparados con sus arcos flexibles y potentes y con sus flechas mas finas, alistadas desde el dia anterior. Ya algunos le habían apuntado a las aves que pasaban rompiendo las nubes, pero ninguno había logrado atrapar la presa.
Solo el joven Guanentá consiguiò capturar después de hora y media, dos tórtolas emplumadas, de entre un enjambre que pasó de pronto por encima de sus cabezas volando apresuradas y gritonas. Se afanó yendo a recogerlas en una ladera de la meseta, haciéndolas parte de su posible victoria. Los otros guerreros enviaban las flechas silbantes que se perdían mas allà, entre los àrboles y las altas malezas sin hacer blanco.
En un buen rato, Guanentá ya tenía cinco pájaros reunidos y la gente empezaba a rodearlo entre aplausos y fuertes gritos, vièndolo ganador. En media hora mas, consiguió otros siete pájaros, de modo que contaba ya con doce aves aferradas en sus flechas, convirtiéndolo en el posible cacique de aquella grande y poderosa naciòn.
Otro joven indio, de nombre Chanchonoa había cazado tres aves. Junto con Guanentà, eran los únicos cazadores de pájaros en vuelo.
Ya siendo casi el medio día, un grito enorme de la muchedumbre se elevó donde estaba Guanentá. Había cazado los veinte pájaros pedidos por sus leyes, de modo que el pueblo se alegró viniendo a rodearlo y felicitarlo.

Entonces El cacique Corbaraque con su potente voz  gritó “Regresemos al pueblo. Ya hay un ganador el dia de hoy, pero mañana será definitivo. Mañana tendremos nuestro nuevo gobernador.




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