viernes, 21 de octubre de 2016

EL PAIS DE LA NIEVE Y LA MONTAÑA BRILLANTE 51 (La desconocida y fantàstica historia de los pueblos indìgenas de Columbus)..........2



 Quizás hayan llegado acompañados por el indomable Macaregua y su tribu de artistas de la piedra, y músicos viajeros, lo mismo que por el imponente señor Butaregua que es arisco como sus peñascos. Estarán las tribus del rio Saravita, Lubigará, Moncora, Coratá y Chuaquete. No faltará tampoco la tribu del invencible Chanchón, el que es conocido desde el norte hasta el sur y que es el espanto de sus enemigos. De cada una de esas tribus, los caciques, los sacerdotes y los ancianos han escogido a tres jóvenes que participarán en las pruebas de elección, lo que quiere decir que serán como sesenta y tres jóvenes, venidos de todas éstas tierras. Los mas fuertes y los mas prudentes de cada pueblo. . . Pero solo uno de ellos se convertirá en jefe de la confederación de tribus Guane, que le deberán respeto y obediencia por todos los años de su vida. Nadie podrá mirarlo a la cara. Lo reverenciaremos cada dia, como acto de sumisión y aceptación de su poder sobre nosotros”, terminó de decir el indio que no era de piel morena sino blanco y de ojos claros como son los habitantes de esas tribus.
Ese indio llevaba puesta una ruana larga de hilos gruesos e intensos colores, iguales a las usadas por las gentes de allí. Tenía el pelo largo y negro aplastado, peinado por la mitad hasta la frente. Ahora miraba atento como pasaba la tierra rápida debajo de ellos, sintiéndo ser parte del buitre, mas veloz que cualquier flecha, rompiendo las nubes que por momentos les quitaban la visión, envolviéndolos pegajosa y friamente.
El viaje no fue largo porque hablaron mucho cruzando el espacio, y se rieron también, sin medida recordando historias bobas.
Y cuando llegaron a la meseta de Gérida, vieron una enorme multitud bulliciosa, muy activa, como de seicientas mil personas que asistirían a la elección de su alto jefe, el cacique de la confederación Guane .
Viendo al cóndor, la multitud se asombró, intinidándose por semejante pájaro  encima de ellos. Hicieron silencio al comienzo, cohibidos, para luego saltar, gritar, correr sin rumbo y silbar enloquecidos. Muchos se arrodillaron levantando los brazos diciendo “Es un pájaro de las estrellas el que ha venido a visitarnos. Gracias dioses por estar con nosotros en la elección del cacique” y le gritaban “Pájaro de las estrellas, pájaro de las estrellas, venga, baje aquí, acompáñenos en éstos días. No se vaya, venga con nosotros para que nos guie en lo que debemos hacer”.
Cajamarca y Millaray estaban maravillados viendo tan grande multitud, como nunca  habían visto. “Nos están llamando, nos están haciendo señales. Quieren que bajemos” dijo el anciano jefe Muzo asomándose peligroso a un lado del ave. 





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