“Adioooos y que vuelvaaaaan, hijos de Are,
hijos de las estrellas. No nos olviden, que nosotros tampoco los olvidaremos”
mientras cóndor se deslizaba en una especie de juego con el viento, dando
vueltas encima de las chozas a modo de despedida para luego irse entre la fria neblina
que los hizo invisibles en poco tiempo.
llamando la atención de sus viajeros “La capital de las tribus Guane, queda en la meseta de Gérida,
que quiere decir “Tierra parecida al cielo”, de modo que volaremos allá sobre poderosas montañas y
hondos cañones como el Chicamocha, que forman parte de los territorios Guane. Pero sería bueno
que nuestro indígena mensajero que nos acompaña en èste vuelo, nos dijera que es lo que van a hacer
allá . .” “Que?” Preguntó el indio sobresaltado, sacando un poco la cabeza de entre las plumas donde
se había metido. Se quedó en silencio mirando desconfiado a una y otra parte, pero el anciano cacique
Muzo le repitió “Que nos diga a todos, rudo y fuerte mensajero, que es lo que van a celebrar allá, en
su pueblo en éstos dias”. “Ah si”, contestó agarrándose muy fuerte de las gruesas plumas,
asegurándose en los movimientos del ave para no caer en el vacío “Lo que pasa es que como las
hermanas del cacique Guanandos, recíen muerto de tos y escupitajos de sangre, no tienen hijos
varones para nombrar a uno de ellos como sucesor del cacique fallecido, según las leyes que nos
gobiernan, el pueblo escogerá a los jóvenes mas inteligentes y mas valientes de las tribus Guane, a los
que someterán a duras pruebas físicas, de inteligencia y poder, para ver quién será el jefe que nos
gobernará de ahora en adelante. Entonces allá se están reuniendo las tribus de Bucarica que son
trabajadores incansables de la tierra, la tribu de Riolato dedicada a la caza de gurres, conejos y otros
animales del monte. La de Chingala con su cacique Roña, tan conocido a causa de su enorme fuerza y
mal genio. Estará la tribu de Guaca, formada por fabricantes de coronas de plumas de pájaros
exóticos, y cobijas de lana. La de cepetá, caminantes de desconocidos senderos y exploradores de la
tierra. Los de Empalá, negociantes de sal y de esmeraldas con los Muzos, y la tribu de Gequica que es
la de los indios Tocareguas, guerreros bravos. Defensores valientes de sus tierra y adoradores de las
estrellas y los dioses. También estará presente la tribu Paosaque con su cacique Corbaraque el que
vence a los pumas, a los elefantes y a los leones en lucha limpia, cuerpo a cuerpo. Estará el pueblo de
Pomareque y su cacique Babasquezipa, el que todo lo observa, el que sabe los secretos de los árboles
y de los pájaros. Ya debe haber llegado la tribu de los Poima con su cargamento de ruanas y flechas
envenenadas, y la de Chalalá con su valeroso cacique, el que atraviesa ríos embravecidos y que es
capáz de colgarse de las nubes para viajar en ellas. Quizás hayan llegado acompañados por el
indomable Macaregua y su tribu de artistas de la piedra, y músicos viajeros, lo mismo que por el
imponente señor Butaregua que es arisco como sus peñascos.
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