viernes, 26 de febrero de 2016

EL PAIS DE LA NIEVE Y LA MONTAÑA BRILLANTE 22 (La desconocida y fantàstica historia de los pueblos indìgenas de Columbus)...........LIBRO SEGUNDO



Mientras Guatavita cogía a su mujer, el otro guerrero se abalanzó sobre el indio traidor, clavándole el cuchillo de piedra, primero en el pecho y después en el cuello del que salieron potentes chorros de sangre saltando como fuentes enfurecidas entre la maleza, la mujer y el Zipa.
Un alarido estremecedor enmudeció de pronto la selva.
Guatavita saltó al lado del moribundo amante, rompiéndole el pecho con un hacha de piedra, hundiendo la mano entre las costillas de su enemigo, arrancándole el corazón de un solo tirón, como si quisiera arrancarle la vida para siempre, destrozàndole todas las posibilidades de reconciliación con el universo.
Con el corazón palpitante en su mano y con una cara que su mujer nunca le había visto, por lo satánica que la tenía, se lo hizo comer  mordisco a mordisco y muy lentamente, dejando que la sangre le resbalara por todo su cuerpo desnudo, mientras lloraba convulsiva implorando perdón. “cómetelo mala mujer, cómetelo maldita o te mato también” y ella muda, horrorizada, obedecía la orden de su marido sin chistar, untándose la cara y todo su cuerpo con la sangre del corazón de su amante siendo mirada y odiada por miles de indios reunidos entre los árboles, las piedras, las rocas y la maleza, sin atreverse a hablar. Rodearon a la mujer, al Zipa y al cacique, temerosos por lo que sucedía.
Después de eso y pasados varios días, la cacica aterrada porque la tribu la señalaba acusándola y aborreciéndola por su acto infiel, y viéndose algo libre entre las chozas de su pueblo, se fue corriendo por la selva sin saber a donde iba. Llevaba en brazos a su hija tan pequeña, hasta llegar a la orilla de la laguna de Guatavita donde decidida, se arrojó  a sus aguas queriendo morirse ahogada allí.
El cacique habíendose dado cuenta de eso, dijo “Yo no quiero que ella se muera, ni que se muera mi hija. Estoy arrepentido de haberle dado a comer el corazón del guerrero” y llamando al brujo mayor de la tribu, le ordenó “Use sus poderes màgicos gran brujo y tráigame inmediatamente a mi mujer y a mi hija. Las necesito aquí ya”.
El brujo corrió entonces a la laguna porque algunos le dijeron que la habían visto ir allá, arrojándose a las aguas, pero no la encontró porque ya estaba muerta en el fondo. Entonces hizo sacrificios, adoraciones y promesas a los dioses para que se la devolvieran,  pero no consiguió rescatarla. “Fue imposible sacarla de las aguas. Los dioses no quisieron ayudarme. Seguramente quieren que ella y su hija permanezcan ahí para siempre”  le dijo el brujo al cacique Guatavita que estuvo triste y mudo mucho tiempo sin permitir que nadie le hablara.
Con el pasar del tiempo la Cacica, que había hecho pacto con los dioses entre las piedras y rocas del fondo de la laguna, se convirtió mágicamente en la diosa tutelar del lago.
Prontamente los Muiscas se dieron cuenta de eso porque ahora veían que la laguna brillaba de noche con colores extraños y bellos que............ 

No hay comentarios:

Publicar un comentario