domingo, 14 de febrero de 2016

EL PAIS DE LA NIEVE Y LA MONTAÑA BRILLANTE 20 (La desconocida y fantàstica historia de los pueblos indìgenas de Columbus)........LIBRO SEGUNDO



“También adoro a las serpientes porque nos enseñan la prudencia y la rapidéz. Nos dicen que siempre debemos estar alertas y en vigilancia”. “Todo en la naturaleza es sagrado” dijo Cajamarca agarrando una candelilla que se le paró en el brazo.
…………….Así pasó el tiempo hasta que sintieron ganas de dormir. Entraron al rancho y se acomodaron en las esteras y en las hamacas diciendo “Hasta mañana. Que los dioses los cuiden y los protejan”.  “Gracias” respondieron los otros preparándose a soñar.
Esa noche se oyeron ruidos de chicharras solitarias, cantos de pájaros nocturnos buscando insectos distraidos. Se escuchó a los sapos croar llamando a las ranas y a los hijos desnudos. A lo lejos se oyeron los gritos de los monos y el rugido de una fiera insomne y hambrienta.
El sol llegó al otro día muy temprano.
Millaray ya estaba despierta y cuando vio que Bachué se movía debajo de las cobijas, le dijo “Buenos días diosa Bachué. Saldré a llamar al cóndor para que venga rápido. “Hàgalo princesa” respondió la diosa levantándose ágil, acompañando a Millaray al corredor de piedra.
“Condor de los Andes, Cóndor de los andes, venga yaaaa” gritó la joven repitiendo el llamado otras dos veces, viendo en poco tiempo al ave, llegar en un bajo vuelo al lado del rancho gritando “Gggggrrrr, gggggrrrrrr” en un saludo alegre, porque Iguaque y Cajamarca habían salido también a mirarlo.
Iguaque lo tocaba asombrado “Es un pájaro de las estrellas. Como me gustaría tener un cóndor como éste. Sería la envidia de todos”. “Es un ave del cielo e hijo de los dioses” añadió Bachué tocándolo también “Volar en él, es maravilloso” añadió la diosa recordando el viaje que había tenido desde el Líbano hasta su casa.
Cajamarca ya estaba listo con su joto en el que había guardado las esmeraldas, el oro en polvo y los diamantes regalados por Bachué y por Iguaque y que debían ofrecer a la diosa del agua, Chie, en la laguna de Guatavita. Ya había acomodado al Tunjo que se reía sin saber por qué, envuelto en la ruana, enredado en sus traviesos pensamientos.  Tenía también su lanza lista, y las flechas, acomodadas en la espalda.
Millaray estuvo arreglada en un momento. Ahora se despedìa de sus amigos “Gracias diosa Bachué por su compañía que ha sido tan agradable y gracias joven Iguaque por sus atenciones que no olvidaremos”.
Subieron entonces  a las espaldas del cóndor donde se acomodaron, sintiendo que el buitre ya estaba preparado para empezar el viaje, que no sería muy largo “Cóndor, vamos a la laguna de Guatavita, al rico imperio del Zipa……. el  rey de allà”. “Como ordene princesa” respondió el buitre saltando y elevándose en el aire frio y entre la neblina que todavía no se había ido porque no querìa alejarse del bosque.
Se fueron, perdiéndose prontamente entre las bajas nubes, mientras Bachué y su hijo Iguaque entraban al bohío, porque todavía querían dormir otro rato.








No hay comentarios:

Publicar un comentario