miércoles, 22 de julio de 2015

EL PAIS DE LA NIEVE Y LA MONTAÑA BRILLANTE 96 (La desconocida y fantàstica historia de los pueblos indìgenas de Columbus)



“Esa ave sagrada que ha venido a traer a èste pueblo a unos visitantes, hijos de los dioses, pertenece a las estrellas. En sus espaldas trae a mi esposo, el guerrero  Guaymaral, que usted conoce desde hace mucho tiempo, y trae también a la princesa Millaray, hija del cacique Ibaguè, jefe de la tribu de los Panches que son de los Pijaos en el centro de Columbus, y al joven cacique Cajamarca, jefe de los Putimaes en el país de la nieve, nación donde están todos los Pijaos. Ellos traen el Tunjo de oro, una criatura mágica que tiene en sus manos poder para hacer lo que quiera. Ademàs lo que sale de su cuerpo, sus excrementos se convierten en el oro mas refinado que puede encontrarse en la tierra. Y por último viene con ellos el pájaro de mil colores que encarna los espíritus de muchos dioses, y se comunica con ellos diariamente. Fuè ese pájaro el que me hizo nacer las alas que tengo, usando encantamientos desconocidos y cosas asombrosas por los humanos. Como le digo, es un espíritu poderoso que aparece y desaparece mágicamente y està ayudando a la princesa Millaray y al cacique Ibaguè a encontrar a la hija de la diosa Inhimpitu de los arawak en la Guajira. Esa niña vive en la montaña brillante pero debe pasar algún tiempo y muchas cosas algo rutinarias antes de poder encontrarla para que le dè a Millaray el diamante del poder que la convertirá en diosa de los dioses”.
Ñatubay no comprendió bien el largo relato de Zulia pero acercándose al còndor, viò como bajaba a tierra, con sus alas, a los jóvenes visitantes que se acercaron a saludar inmediatamente al cacique. Guaymaral le dijo “Es un honor, cacique Ñatubay,  venir a su pueblo, estando ustedes en el canto y fiesta de las flechas, y en el exorcismo a los bohíos. Hacìa mucho tiempo había querido venir y como se presentò èsta ocasión tan especial, no quise desperdiciarla y porque querìa ver como usaba sus alas mi bella princesa Zulia a la que obligatoriamente debía acompañar. Estoy  feliz en sus tierras de libertad y trabajo, y quiero también presentarle a mis amigos, La princesa Millaray y el cacique Cajamarca, que nos han invitado porque quieren hablar con el gran Chamàn de su pueblo, o directamente con sus dioses para que les revelen un secreto que andan buscando desde hace tiempos” terminò diciendo Guaymaral.

Entonces Ñatubay mirò intenso a los jóvenes visitantes pretendiendo descubrir secretos en sus ojos. “Estoy gustoso de tenerlos en mis tierras. Tener la visita de gente tan importante me hace sentir muy feliz, pero tendremos que esperar hasta la noche cuando terminen los ritos y cuando aparezca nustro dios Sabaseba que bajarà por una cuerda desde el cielo, para bendecir los que hacemos hoy. 

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