Y el Tunjo tronò sus dedos pulgar, índice y del
corazón apareciendo inmediatamente y sin explicación, la vara mágica en su
mano. Tunjo bajò otro poco, estirò el brazo y dándosela a la princesa, terminò
diciendo “Tenìa un raro afán de llegar aquí para cumplir mi promesa que te hice
hace setecientos años y por fin lo cumplo.
Zulia se quedo callada, pero se sentía rara, como
poseída por una fuerza rara y bella que le daba una alegría desconocida, un
gozo misterioso. Mirò largo rato su vara
del poder y sonriendo se acercò a su esposo guaymaral “Que te parece todo
èsto?” le preguntò. “Que tengo por esposa a una diosa y por eso soy un hombre
afortunado que mas tarde aprenderà tus secretos para conseguir también los
favores de los dioses”.
“Asì se habla, guerrero Guaymaral” dijo el Tunjo
dando vueltas en el aire alrededor de Millaray. “pero como mi deber con Zulia
ha terminado, dejo que el pájaro de mil colores hable un poco porque no le ha
quitado la vista a la princesa desde que estamos aquí. Hable, Luz de Luna, que
es lo que quiere decirle a Zulia?”. Y el pájaro, parándose en el borde de una
banca de madera, dijo “Yo tenía muchas ganas de verla, desde cuando vivía en el
bosque de la diosa Inhimpitu que fue la primera en hablarme de usted. Un dia me
volè del bosque y vine a conocerla. Me parè en la rama de un árbol por donde
usted pasaba y la mirè cuatro días que
estuve sin despegarme de ese árbol porque su belleza me dejó paralizado. Quiero
hacerle un regalo ahora mismo, sin hablar tanto. Y es que usted será la reina de las aves. Con
un ligero toque que le harè en las espaldas le naceràn alas de muchos y lindos
colores para que vuele por donde quiera y se haga amiga de las aves de èstas
regiones, y de otras. Mas tarde los pàjaros
de naciones lejanas vendràn a conocerla y a cantarle las mas hermosas canciones,
porque esta clase de cosas se saben en las selvas muy ràpido. Las aves somos
extraordinariamente comunicativas”.
“Para darle
alas debemos estar debajo de los àrboles, además que será mas importante
el acto, si el còndor de los Andes nos acompaña. Salgamos un rato al bosque
para convertir a una muchacha, en la muchacha- pájaro del pueblo de los Cinera”
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