“Recuerda
princesa desde cuando nos conocemos?” Pero ella estaba trastornada en el
tiempo, pretendiendo recordar cosas
viejas vividas junto a aquella criatura “Lo que recuerdo, mágico Tunjo, es que
lo conozco desde hace muchos años, como si hubiéramos sido hermanos. Lo siento en mi pecho. Sè que eres poderoso y
que casi nada es imposible para ti. Sè también que un dia pediste a la
naturaleza que te concediera permanecer como un bebe por los tiempos de los
tiempos, y el universo te diò ese deseo y ahora bendigo èste momento en que nos
hemos encontrado. Sè que pediste que todo fuera posible para ti, y a causa de
tu tierno y sencillo corazòn la
naturaleza también te otorgò ese deseo, o sea que eres un diminuto dios, pero
capàz de todas las cosas por increíbles que parezcan, además de que tus
excrementos son oro puro como un regalo
complementario dado a ti por el universo. Me siento muy feliz de haberte vuelto
a ver porque se que entre los dos hay algo difícil de explicar pero que se
presiente con fuerza extraña” terminò diciendo la bella Zulia entre el silencio
de los que habían allì, y que no hacían sino mirar a uno y a otra en su rara
charla.
“Yo puedo decir claramente que es lo que ha pasado entre los dos” dijo
el Tunjo haciendo una voltereta en el aire y navegando un poco allì. “Somos
hermanos desde centenares de años y nunca has muerto. Tienes el cuerpo que
siempre te he conocido y a ti te han hecho creer que has fallecido varias veces.
Lo que ha pasado es que mueres hoy y renaces a los pocos días, siendo la misma
muchacha, y a la gente has tenido que explicarle, que has sufrido un raro ataque
sin dejar conocer que llegaste rejuvenecida y que aunque tengas cuerpo de
mujer, en realidad eres una niña. En èste momento el destino te tiene una buena
sorpresa a la que debo dar cumplimiento. Aquì se cumpliràn tus mas secretos
deseos. Desde ahora, y porque ya lo he pedido a los altos poderes, la magia se
ha despertado en ti. Desde ahora tendràs poder sobre las cosas y sobre los
hombres, y como símbolo de lo que has recibido de los dioses, te doy la vara
mágica que nuestro padre me pidió entregarte cuando cumplieras tus tiempos.
Desde ahora tienes los poderes de una diosa. Ven, recibe tu vara del poder”
Y el Tunjo tronò sus dedos pulgar, índice y del
corazón apareciendo inmediatamente y sin explicación, la vara mágica en su
mano. Tunjo bajò otro poco, estirò el brazo y dándosela a la princesa, terminò
diciendo “Tenìa un raro afán de llegar aquí para cumplir mi promesa que te hice
hace setecientos años y por fin lo cumplo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario