“Para darle
alas debemos estar debajo de los àrboles, además que será mas importante
el acto, si el còndor de los Andes nos acompaña. Salgamos un rato al bosque
para convertir a una muchacha, en la muchacha- pájaro del pueblo de los Cinera
y de la tierra entera”
Todos estaban mudos imaginando como haría aquel
prodigio el pájaro de mil colores. De tal forma que salieron a lo hondo del
bosque, siendo apretujados por el pueblo.
Estaban asombrados con el Tunjo, por las cosas que
había hecho a su princesa, pero ponerle alas era inexplicable y no se lo
perderìan por nada. De modo que abrieron paso a los jefes del pueblo, siguiendo
detrás entre fuertes apretujones, caídas, gritos y agudos silbidos.
Millaray dijo “Allà veo al còndor, debajo de los
àrboles. Les gustaría ir a ese sitio?” “Por supuesto. El lugar es preciso para
lo que vamos a hacer”.
Caminaron allà y cuando el còndor viò a sus amigos,
se puso de pie sacudiéndose, espantando el sueño. “Debes, poderoso còndor, ser
testigo de la transformación de la princesa Zulia, en muchacha- pájaro. Serà
jefe de todas las aves y de nosotros también como hija que es de nuestro recien
fallecido cacique”, dijo el pájaro de mil colores volando ahora sobre el pueblo
que estaba muy quieto y callado.
“Esperen un momento traigo la flor de los encantos que vi cerca de aquí”. Y volò
perdiéndose en la penumbra boscosa. Nadie hablo en cuatro minutos hasta que Luz
de luna apareció en un vuelo velòz con una diminuta y bella flor violeta en su
pico. Esa flor tenía treinta pètalos diminutos con movimiento propio. “Esta
flor y la invocación al universo, harán el prodigio. Pueblo Cinera, ustedes
quieren que su princesa Zulia sea la muchacha-pàjaro de Columbus?” Preguntò el
pájaro de mil colores volando sobre la gente. Todos contestaban “si. Queremos
que la bella Zulia sea la princesa-pàjaro”
Luz de luna
se acercò al còndor preguntàndole “Pones toda tu fuerza y todo tu sentir para
que la princesa Zulia sea la princesa-pàjaro de èstas tierras?. El còndor se
estremeció mirando a la muchacha, y en un grito grave contestò “Pongo toda mi
fuerza y mi sentir para que se haga esa magia. Invoco el poder de las estrellas,
del bosque, del aire y de la tierra entera, para que a la princesa Zulia le
nazcan alas. Dos bellas y grandes alas que la lleven a las nubes y a donde ella
quiera”.
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