y el còndor
dijo “Tenìa muchas ganas de conocerla, princesa Zulia. He oído hablar mucho de
usted, por su belleza y valor” dijo el buitre mirando entrecortado al pájaro
de mil colores que dijo “Este sitio se embellece porque usted està aquí,
princesa Zulia. Mas tarde hablaremos mucho, es necesario”.
Entonces Zulia cogió de la mano a su compañero
Guaymaral diciendo “El es mi protección y jefe de èste pueblo que ha prosperado
mucho desde que me acompaña. Su nombre es Guaymaral y sin èl mi vida no sería
nada”. Guaymaral dijo “Soy su amigo jóvenes visitantes y les servirè en lo que
necesiten”.
Mas allà estaban los ancianos y consejeros del
pueblo rodeando al gran chamàn que todo lo veía y todo lo conocía. Se vinieron
despacio dando la bienvenida a los viajeros en un idioma que ellos consideraban
de buen augurio.
Cuando las presentaciones acabaron, La princesa
Zulia y el guerrero Guaimaral invitaron a sus nuevos amigos a una choza grande
donde habían mesas de madera pulidas, bancas largas donde cabìan muchos bien
sentados, hamacas de colores, extendidas entre algunas columnas, y esteras de
fibras vegetales en los rincones. Todos
se sentaron acomodándose como mejor pudieron, mientras afuera el pueblo miraba
pasmado al gran buitre que caminaba de un lado a otro sin saber realmente que
hacer. Buscaba un sitio debajo de los àrboles para echarse a descansar un rato
sin que nadie lo molestara.
Tunjo sorprendió a todos con su conducta.
Al
comienzo riò sin sentido y sin razòn. Su risa salìa de muy hondo como queriendo
expresar viejos y casi olvidados recuerdos. De pronto se levantò de los brazos
de Millaray, elevándose otra vez en el aire, quedándose allì algunos minutos
mirando a todos, semejante a una nube
suspendida. Luego bajò algo, y mirando a la princesa Zulia le dijo “Recuerda
princesa desde cuando nos conocemos?” Pero ella estaba trastornada en el tiempo,
pretendiendo recordar cosas viejas
vividas junto a aquella criatura “Lo que recuerdo, mágico Tunjo, es que lo
conozco desde hace muchos años, como si hubiéramos sido hermanos. Lo siento en mi pecho. Sè que
eres poderoso y que casi nada es imposible para ti. Sè tambièn que un dia pediste a la
naturaleza que te concediera permanecer como un bebe por los tiempos de los
tiempos, y el universo te diò ese deseo.
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