“Se estàn atreviendo a mucho porque no es fácil ir
a la montaña brillante” dijo Juyà. Para ir alla se debe tener permiso del
tiempo y otras fuerzas universales, “Pero
por ese mismo atrevimiento y porque quieren ir mas allà de todo buen
pensamiento, merecen que les diga donde està Inhimpitu, que ha desaparecido de
èsta región hace varios años. Para que se vayan preparando, debo indicarles que
ella se encuentra en el bosque prohibido, que està algo cercano a la montaña
brillante, pero ahora es inútil para ustedes aventurarse por allà, porque
primero deben conocer otros pueblos que les darán datos para su mejor orientaciòn.
Solo asì conseguirán llegar a donde ella està, y quizás mas adelante encontrar
la montaña brillante.
Cajamarca y Millaray quedaron confusos. Por lo
menos ahora sabían donde estaba su amiga Inhimpitu, pero sabían también que
debían conocer otros pueblos donde encontrarìan datos que los orientaran a esa región desconocida.
“Busquen a la princesa Zulia en la tribu de los
Cineras, que no està lejos de aquí. Ella y su esposo, el jefe Guaimaral, son
amigos del dios Sabaseba, que si suben a
donde el vive, podrà decirles algo mas sobre Inhimpitu y su hija Luz de Sol”
les dijo el dios Chocò que estaba al lado de su esposa Mile mirándola ansioso.
“La princesa Zulia?” preguntò inquieta Millaray. “Si, ella es vecina de los Barì, o pueblo de
los Motilones que veneran a su dios y al universo. Ellos los ayudaràn a
encontrar otras respuestas que ustedes necesitan. Con seguridad se conectaràn
con el dios Sabaseba para hacerle muchas preguntas que siempre tienen. Muy seguido suben a una estrella donde el
vive, para pedirle que los guie en las cosas del pueblo, de la gente y de la
tierra.
Ahí fue cuando el Tunjo salió de debajo de la ruana
en que Millaray lo llevaba. “Necesito ver a la princesa Zulia porque hace mas
de setecientos años le hice una promesa y ahora es el momento de cumplìrsela.
Ella me conoce bien y me ama, lo mismo que yo a ella. Cierto que asì es, pájaro
de mil colores?”.
Todos
miraban callados al Pequeño Tunjo que hablaba cosas extrañas siendo tan pequeño,
como un recién nacido. Para ellos era increìble que aquella criatura hablara de
ese modo tan claro y firme.
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