sábado, 21 de junio de 2014

EL PAIS DE LA NIEVE Y LA MONTAÑA BRILLANTE 40 (La desconocida y fantástica historia de los pueblos indígenas de Columbus)




De modo que luchar con los bufeus y pretender apresar al jefe, macho o hembra, era una decisión loca, casi imposible para los indígenas guerreros. La muerte sería segura para muchos. A algunos quizás los secuestrarían las bufeus hembras, aprovechando el desorden, para tenerlos como maridos en sus guaridas.
Los guerreros se arriesgarían a ésta lucha inexplicable, con tal de convertirse en el gran cacique-emperador de los Guane.
Iban valientes, muy decididos, seguidos por la multitud bulliciosa que los miraba con curiosidad y sonrisas maliciosas.
Cuando llegaron a la orilla del rio,  los pocos competidores que quedaban se miraron, midiéndose las fuerzas, olvidando a la muchedumbre detrás de ellos y lanzándose en grupo al agua para ir seguros y para defenderse de los ataques que con seguridad serían violentos.
Habían bufeus de hasta dos metros de largo venidos del Amazonas por ríos desconocidos y que tenían la piel lisa y mucha fuerza. Invencibles.
Los nueve jóvenes no se separarían y en cambio se defenderían en equipo resistiendo las embestidas de los grandes y celosos peces que ya habían olfateado el peligro y la próxima batalla.
Fueron bajando los combatientes al hondo lìquido, buscando el sitio donde pudieran estar las mujeres, pero el agua era opaca por el barro que arrastraba y dificultaba el rastreo.
Miraban entre las piedras en silencio en medio de la vegetación ocultando muchos lugares. Tambièn rondaban mas allá, en sitios que presentían peligrosos, mientras centenares de peces pequeños pasaban en cardúmenes saludándolos o avisándolos de los peligros.
En media hora de búsqueda no vieron nada.
De pronto, de atrás de algunas altas rocas, mas de veinticinco bufeus hembra se vinieron en manada rodeándolos, seguramente para que  ninguno fuera a escaparse. Es que esa era una oportunidad como ninguna para las bufeu que podrían tener los maridos que quisieran, sin hacer tanto esfuerzo.
De tal modo que se vinieron como flechas contra los muchachos, queriendo empujarlos a sus escondites, pero los guerreros les daban con las hachas en el cuerpo, con los garrotes en las cabezas, clavándoles las lanzas y matando a mas de siete en poco tiempo. Entonces una de las bufeu viendo que los jóvenes estaban muy armados  les propuso. “Valientes guerreros Guane. Sabemos que ustedes buscan a los bufeus jefe, macho y hembra y sabemos también que pueden conseguirlo porque sus armas son mortales y nos matarían en menos de un momento, por eso les ayudaremos a que se lleven al bufeu macho jefe, con tal de que rescaten a sus mujeres, llevandolas a la superficie, porque a causa de ellas, esos peces no voltean a mirarnos. Quieren estar solo con las jóvenes de sus tribus, que les parecen hermosas y sensuales. Se sienten felices a su lado.
Iremos con ustedes hasta donde las tienen y los atacaremos formando un desconcierto como nunca se ha hecho. En ese desorden, ustedes se llevarán a las indias y nosotras les entregaremos al bufeu jefe que nos ha hecho tanto daño. Les gusta la propuesta?” preguntaron rodeándolos. Los jóvenes se miraron y uno dijo “Está bien, aceptamos el trato. Vamos inmediatamente a donde viven, para ver lo que hay que hacer”.



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