miércoles, 12 de febrero de 2014

EL PAIS DE LA NIEVE Y LA MONTAÑA BRILLANTE 17 (La desconocida y fantástica historia de los pueblos indígenas de Columbus)


No era el regreso tan ordenado y solemne como había sido la marcha a la laguna. La gente iba borracha y sin muchas fuerzas buscando el pueblo con ganas de echarse a dormir y a descansar muchas horas.
Hay que decir que bajo las aguas de la laguna yacen todavía los tesoros que allí fueron arrojados en esos tiempos por tribus enteras. Sin embargo parece que Xué, el dios del sol, y Bochica velan sobre ellos para que nadie los profane.
Por fin cuando todo quedó solo, Millaray y Cajamarca caminaron hasta la laguna que brillaba rara y bella, como si tuviera luz por dentro. Encendieron apresurados tres fogatas invocando, como les había aconsejado la diosa Bachué, la presencia del gran mago Idacansás, el mago mas poderoso de los Muiscas con el que debían hablar para que les revelara un secreto. Le dijeron al Tunjo “Tunjo ayúdenos a que el mago Idacansás venga aquí rápidamente. Recuerde que la diosa Bachué nos dijo que debíamos hablar con el”. “No se preocupen, amigos. Lo haré venir inmediatamente”, gritó dentro de las ruanas donde mantenía abrigado. “Yo también lo hechizaré y lo haré venir con mi canto” dijo el pájaro de mil colores que revoloteaba sobre el agua mojándose el plumaje. Quería bañarse con aquellas aguas afortunadas, sagradas y famosas de Columbus, difíciles de encontrar en otras partes.
“Pero sáquenme de aquí, sáquenme de aquí” gritó de pronto el Tunjo estrujándose fastidioso entre las ruanas. Entonces Millaray corrió a donde Cajamarca lo había dejado, y levantándolo, lo destapó viendo como el bebé le sonreía diciendo “Ustedes quieren que haga venir al mago Idacansás?. Será muy fácil con la ayuda del pájaro de mil colores. Entre los dos le enviaremos un mensaje que el recibirá sin problemas, viniéndose en seguida muy obediente y bondadoso” y poniéndose de pie en la orilla del agua, lanzó un grito agudo que pareció un chillido electrogaláctico que solo él era capáz de producir “Pájaro de mil colores, venga enseguida. Lo necesito aquí inmediatamente”. Entonces Luz de Luna se vino velóz desde la colina en la que estaba, volando sobre la laguna, tocando con las paticas y el pecho, el agua irisada, todavía cubierta del oro en polvo que el pueblo, el cacique y el Zipa habían dejado allí,  hasta llegar al lado del Tunjo al que le dijo revoloteando sobre su cabeza “Que es lo que quiere?. Por qué tiene tanto afán y me molesta tanto?”. “Tenemos que hacer venir rápidamente a Idacansás, el poderoso mago de los Muiscas porque nuestros amigos Cajamarca y Millaray necesitan hablar con el urgentemente”. “Verdad. Ustéd no miente?. Entonces que esperamos. Empecemos ya a invocarlo” respondió Luz de luna entonando un canto misterioso, bello e incomprensible que hizo callar al bosque, cristalizar las aguas y detener las nubes en su vuelo, mientras el Tunjo silbaba una canción mágica capáz de arrodillar a los leones, a los pumas y doblar los árboles por poderosos y altivos que fueran.
Pájaro y Tunjo se concentraron mas.
“Tenemos que concentrarnos en el mago mientras usted canta y yo silbo” le dijo el Tunjo al pájaro que entrecerró los ojos invocando la presencia del mago.
De ese modo siguieron diez minutos, hasta que vieron aparecer al otro lado de la laguna y a unos quince metros sobre ella, una nube de color púrpura venida desde el pueblo y que bajó lenta hasta asentarse en el suelo. Esa nube se abrió como las valvas de una concha que tiene en su interior una perla, bajando de ella el mago que saludó a los jóvenes levantando los brazos.


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