sábado, 30 de noviembre de 2013

EL PAIS DE LA NIEVE Y LA MONTAÑA BRILLANTE 2 (La desconocida y fantástica historia de los pueblos indígenas de Columbus)






Voló fuerte escuchando lo que Bachué decía  “Desde hacía mucho, quería volar en el cóndor como ustedes lo hacen. Viaja uno rápidamente mirando los paisajes y los pueblos sin problemas”. “Desde aquí hasta su imperio, diosa Bachué, hay un trayecto largo que puede aprovechar para ver todo tranquilamente, y para que disfrute de la magia de viajar así”. Se quedaron callados largo rato, sintiendo el viento frio de las montañas.

Cajamarca Iba pensativo por algunas cosas que la diosa Chia le había dicho. “Lo primero que debes hacer es visitar el templo del sol en Sogamuxi cuando las tribus de allí estén celebrando la ceremonia a Xué, el sol.
Ese pueblo sacrificará este fin de semana y como lo hacen todas las semanas, un niño en homenaje a el, dándole agradecimientos por calentarlos, por darles la luz y por permitirles la vida. En el momento que termine la ceremonia, los sacerdotes, que estarán en estado de transportación, podrán decirles donde queda la montaña brillante. Como entran en trance después de tanto rito, se dan cuenta de todo lo que pasa en el universo”. Eso iba pensando el joven Cajamarca. Pero de pronto elevó la voz,  diciéndole a sus amigas  “La diosa Chia me dijo que debemos visitar primero el templo del sol En Sogamuxi porque los sacerdotes o Jeques de allí podrán decirnos donde queda la montaña brillante” . “Te dijo eso?”  le preguntó Millaray metiéndose mas entre las plumas del buitre para guardarse del frio. “Es cierto. Si eso te dijo la diosa Chia, y si ustedes quieren ir allá, pues de una vez iremos porque esta noche o mañana sacrifican un niño en homenaje al sol y el rito es largo. Asistiremos como lo hacen los indígenas, y al final hablaremos con los sacerdotes” explicó Bachué, insinuando que habría que volar en dirección a esa ciudad, famosa en Columbus por el templo construido en homenaje al sol ( Xué).
Millaray entonces levantó la voz ordenándole al cóndor “Cóndor de los Andes, vuele en dirección a Sogamuxi. “Como ordene princesa” respondió el buitre encontrando la dirección en poco tiempo, desplazándose veloz en ese espacio frio y tranquilo.
Desde el Líbano, donde la noche anterior se habían reunido los magos, los duendes y las hadas con el fin de arreglar problemas de las tribus de Columbus, hasta Sogamuxi, a donde iban, había mucha tierra. De modo que los viajeros se acomodaron como mejor pudieron, arrunchándose entre las plumas del buitre, mientras éste volaba en medio de nubes grises cargadas de agua y frio. Se durmieron profundo, después de haber comido carne de ovejo y yuca sancochada que Cajamarca cargaba en su joto, junto a otras cosas necesarias en sus viajes.

La diosa Bachué quien era la que menos dormía, veía los pueblos trabajando la tierra, haciendo los sembrados. Mucho humo salía de las cocinas mientras la gente en los caseríos subía la vista para mirar al cóndor, pájaro al que nunca habían visto y que les parecía del cielo, por su corpulencia y por la velocidad y fuerza con que volaba. Muchos se agachaban adorándolo porque les parecía un sacrilegio seguirlo con los ojos, mientras otros levantaban los brazos diciendo oraciones para que sus deseos fueran cumplidos. 






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