martes, 12 de noviembre de 2013

EL PAIS DE LA NIEVE 119 (La desconocida y fantástica historia del pueblo Pijao





Y cuando esos dioses despertaron, la luz mágicamente esparció sus rayos dorados por todas partes y entonces se movieron los animales, los ríos corrieron entre las montañas, las rocas y las piedras. Los árboles crecían y daban frutos. Comenzaron  a girar en el espacio el sol, la luna y las estrellas que por las noches acompañaban a la tierra con sus luces y sus secretos. Esta era parte de la belleza del primer dia que los dioses habían creado, ayudados por la gran Madre-abuela Bogue.
Por eso fue que Millaray, acompañada por la diosa Bachué, y Cajamarca con la diosa Chia orgullosa a su lado, caminaron al encuentro de la inmortal Bogue y de su amigo el dios Bochica que la acompañaba debajo de los árboles de roble.
“Gran dios Bochica, es una alegría volver a verlo” dijo la diosa Bachué besándolo en la frente, mientras la diosa Chia decía “Madre mia, mi gran Madre-Abuela Bogue. Gracias por tener la oportunidad de conocerla. Sin usted yo no existiría, ni nada existiría tampoco. Le debemos el universo, la tierra en que estamos y también la vida. Gracias eterna madre”. “No es nada, Chia. Solo hice lo que tenía que hacer. Algo me ordenó que debía crear el universo y dar la vida. Pero no hablemos de eso. Sé que vine  a decirle a una princesa, donde está el diamante del poder para que sea diosa de los dioses”. “Si divina Madre-abuela, la princesa está aquí, es Millaray que ha venido a saber como encontrarlo”. “Lo sé. Eres hermosa, Millaray. Me encanta conocerte, y como no podemos demorarnos te diré que encontrarás a la niña Luz de sol y el diamante del poder en la montaña brillante.
Esa montaña está en alguna parte de Columbus.
Ese es tu trabajo. Para conseguir el diamante, debes tener persistencia. Sacrificarte mucho y dedicarte solo a eso. Así podrás ser diosa de los dioses y  visitarnos después en nuestros reinos”.
Bogue miró a Cajamarca, comprendiendo que sería el compañero de Millaray en sus viajes. Pero no le dijo nada.  
Se alejó con Bochica porque el dios Xué empezaba a lanzar sus rayos encima de las montañas y ellos no podían dejarse tocar de esos rayos al siguiente dia del eclipse que estaban viviendo.
Al lado de Bochica, apareció de pronto, y como llegado del aire el dios Cuchaviva o dios del arco iris con sus colores muy brillantes dándole luces a aquel lugar. Viendo eso, Bochicá se separó de Bogue, encaramándose en los colores que subían hasta el alto espacio, mientras los asistentes se iban sin despedirse. 
Otros solamente decían “Hasta luego” como si nada importante pasara allí.

FIN

Ahora sigue
EL PAIS DE LA NIEVE Y LA MONTAÑA BRILLANTE
La desconocida y fantástica historia de las tribus indígenas de Columbus. Un joven cacique Pijao y una princesa buscando el diamante del poder.


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