Me siento feliz de haberte vuelto a ver porque se
que entre los dos hay algo difícil de explicar pero que se presiente con fuerza
extraña” terminò diciendo la bella Zulia entre el silencio de los que habían
allì, y que no hacían sino mirar a uno y a otra en su rara charla.
“Yo puedo
decir claramente que es lo que ha pasado entre los dos” dijo el Tunjo haciendo
una voltereta en el aire y navegando un poco allì. “Somos hermanos desde
centenares de años y nunca has muerto. Tienes el cuerpo que siempre te he
conocido y a ti te han hecho creer que has fallecido varias veces. Lo que ha
pasado es que mueres hoy, y renaces a los pocos días, siendo la misma muchacha,
y a la gente has tenido que explicarle, que has sufrido un raro ataque sin
dejar conocer que llegaste rejuvenecida y que aunque tengas cuerpo de mujer, en
realidad eres una niña. En èste momento el destino te tiene una buena sorpresa
a la que debo dar cumplimiento. Aquì se realizarán tus mas secretos deseos.
Desde ahora, y porque ya lo he pedido a los altos poderes, la magia se ha
despertado en ti. Desde ahora tendràs poder sobre las cosas y sobre los
hombres, y como símbolo de lo que has recibido de los dioses, te doy la vara
mágica que nuestro padre me pidió entregarte cuando cumplieras tus tiempos.
Desde ahora tienes los poderes de una diosa. Ven, recibe tu vara del poder”
Y el Tunjo crepitó sus dedos pulgar, índice y del
corazón apareciendo inmediatamente y sin explicación, la vara mágica en su
mano. Vara de oro luminoso con una piedra preciosa resplandeciente en la punta.
En la parte inferior tenía un triangulo de oro blanco, con desconocidas letras
forjadas allí. Tunjo bajò otro poco, estirò el brazo y dándosela a la princesa,
terminò diciendo “Tenìa un raro afán de llegar aquí para realizar la promesa
que te hice hace setecientos años y por fin puedo cumplirlo.
Zulia se quedo callada, pero se sentía rara, como
poseída por una fuerza fantástica y bella que le daba una alegría desconocida,
un gozo misterioso. Mirò largo rato su
vara del poder y sonriendo se acercò a su esposo guaymaral diciendo “Que te
parece todo èsto?”. “Que tengo por esposa a una diosa y por eso soy
un hombre afortunado que mas tarde aprenderà tus secretos para conseguir
también los favores de los dioses”.
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