……….A unos ochenta metros, vieron a doce indios
cargados con costales de fibra de maguey, trayendo piñas de un cultivo lejano y
que servirían para rendirle homenaje al dios o ser supremo Saymaydodjira,
creador de la humanidad Motilona desde hacìa miles de años.
Ya tenìan un enorme montòn a un lado de los àrboles
cercanos al caserìo y traerían mas, hasta que no quedara ni una en los montes
donde las sembraban. Como los visitantes los miraban sin quitarles la vista,
preguntándose que significaba aquello, Ñatubay explicó “Lo que pasa, nobles
visitantes es que cuando terminen los dos ritos que el pueblo està haciendo,
cosa que será por la noche, todos comeremos mucha piña, invocando a la vez a
nuestro Dios creador Saymaydodjira para que no nos desampare y estè siempre con
nosotros”. Y siguió diciendo “En el principio del tiempo, cuando todavía no
habían Motilones, Saymaydodjira llegó a èstas tierras en un carro redondo de
intensa luz, como una estrella, y con un machete muy cortante en su mano
derecha”.
“Bajàndose del carro, le llamaron la atención las
piñas de èstas tierras y cortando una por la mitad, hizo salir de ella al
primer hombre Motilòn que no decía ni una palabra, ni exalaba una queja aunque
los bichos llegaban a picarlo a causa de su carne tan fresca, pero que miraba
todo con gran curiosidad. Cortò otra segunda piña, también por la mitad
haciendo salir de ella a la primera mujer Motilona que se quedó asombrada
mirando dichosa al motilòn salido de la primera piña pensando, “Este hombre
será mio”.
“Hombre y mujer, seguía diciendo el cacique
Ñatubay, mantenían la mayor parte del tiempo con sus cabezas inclinadas no
queriendo mirar a su creador que al final les dijo “No es bueno que ustedes dos
estèn solos. Necesitan a alguien mas que les haga compañía y que les alegre los
días”.
Entonces cogió dos piñas mas grandes y cortànndolas
hizo salir de ellas a otro Motilòn, a su mujer y a dos niños que eran sus
hijos. De ese modo empezó la creación del gènero humano hace miles de años, y esa
es la razón por la que que alabaremos a nuesro creador, comiendo mucha piña e
invocándolo para que multiplique y haga poderosa a nuestra raza” terminò
diciendo Ñatubay.
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