Asì iniciaron un rito de veneración al universo,
danzando alrededor de las fogatas, llevando en sus manos las antorchas, y
tamboras diminutas que despertarìan los poderes terrestres, las fuerzas
vegetales. Entonaban himnos secretos de los altos Chamanes Wayuu para que los
vientos, el fuego, las aguas y la tierra estuvieran en armonía con ellos y les
dieran protecciòn, además de lo bueno que recibìan de la luna, el sol y las
estrellas.
Sonaban las tamboras, las flautas, las charrascas,
las marimbas…… Las danzas se extendieron
varias horas hasta que el dios Juyà y su esposa Pulowi se acercaron a los
novios Chocò y Mile, diciéndoles “el universo està con nosotros, dándonos las
cosas que pedimos. Les vamos a imponer las manos para que la bendición sea por
siempre.
Iniciando entonces la consagración de la pareja,
dijo Pulowi “Que el universo entero los bendiga desde ahora y para la eternidad.
Que su descendencia sea mucha y sus riquezas se multipliquen como las arenas
del mar. La presencia del dios Chocò, que es del pueblo de los Waunana en las
tierras Wayuu, hará que èstas dos naciones se fortalezcan y prosperen de igual
modo que las estrellas” añadió Pulowi, poniendo en la cabeza de Mile una corona
de oro y perlas que había sido guardada por la tribu desde tiempos antiguos
para èsta ocasión.
Al dios Chocò, Maleiwa le diò el cetro del poder,
una vara de oro brillante que lo convertía en guía del pueblo, en líder
absoluto de esos territorios en los buenos y en los malos tiempos. Le dijo
mirándole su altura “Gran dios Chocò, le damos las gracias porque la tierra de
los Wayuu prosperarà con su presencia, sabemos que le enseñarà a la gente los
oficios para la vida. Eso serà una bendición y muchos alcanzaràn sabiduría con
su ejemplo.
Entonces Millaray y Cajamarca vieron que era el
momento de acercarse, y llevando en una fina piel de puma el oro que el tunjo
había cagado en muchas semanas, lo pusieron extendido a sus pies diciéndoles. “Este refinado oro, noble
dios Chocò, y bella princesa Mile, es el mas apreciado del mundo, de acuerdo al
conocimiento que tienen del Tunjo. Aprovechamos la ocasión para ofrecerlo a un
dios y a una princesa que han sido unidos por el universo, y porque el pueblo
asì lo ha pedido…….. Ahora, para que llegue sin falta la bendición de las
estrellas, volaremos sobre ustedes en el còndor de los Andes, que con sus alas
despertaràn del sueño a los astros, para que arrojen sus rayos aquí.
Y dejando a la pareja y a los dioses, subieron a
las espaldas del còndor, al que le ordenaron volar sobre el pueblo, un rato. El
pájaro subió dando muchas vueltas encima de la gente que gritaba, silbaba y
saltaba alegre. Eso durò un tiempo corto, hasta que bajaron cuando ya las
fogatas empezaban a encenderse con mas furia porque la noche había llegado y la
fiesta de la boda se extenderìa por muchas horas mas.
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