sábado, 16 de diciembre de 2017

EL PAIS DE LA NIEVE Y LA MONTAÑA BRILLANTE 107 (La desconocida y fantástica historia de los pueblos indígenas de Columbus).....2




Habia sido un regalo del dios de los arawak, Takima, que tenía rostro de pájaro y cuerpo de hombre y que era gran amigo de la diosa Inhimpitu. Se las había dado para que se comunicaran con cualquier parte del universo y con sus dioses.  “OH,oh,oh gran dios nuestro Maleiwa, escucha nuestros ruegos. No desoigas los pedidos. Ahora te necesitamos urgente, te pedimos que nos escuches.
Se movía delirante la candela, elevándose en girones vivos al espacio……. Se revolvía loca tocada por una fuerza extraña,  o quizás por una felicidad misteriosa, sabiendo que a través de ella viajaban los dioses.
Inexplicablemente, entre las llamas que lo envolvían pero que no lo quemaban, apareció un hombre moreno, alto, de pelo quieto y negro, vestido con una bata gruesa, de muchos colores, sucia de polvo y arena. Tenía en las manos una vara larga y gruesa de madera significando su poder y autoridad. En la frente una corona que brillaba mucho indicando que era un guia de los hombres….. Esa corona era de un material desconocido por los indígenas de allí. La fabricaron en otra estrella del universo y se la enviaron a la tierra en un carro luminoso y velóz…….  Se presentó con su mirada tan viva y con su cuerpo lleno de paz,  diciendo “Yo soy Maleiwa, el dios del movimiento, para que me llaman con tanto afan?  Que quieren de mi? Han interrumpido mi caminar que es constante en ésta tierra reseca. No comprenden que si dejo de andar aunque solo sea un instante, el mundo  se queda quieto y puede incendiarse?. De modo que díganme rápido para que me han llamado. Debo irme otra vez para que el mundo no deje de girar. Entonces el gran brujo Wuayú entendió que no podía demorarse en hablar y le dijo apresurado “Gran dios nuestro Maleiwa, los visitantes que usted ve aquí, han venido a preguntarnos donde está la diosa Inhimpitu porque la necesitan con urgencia. Llegaron del país de la nieve. Viajan en un cóndor venido de la luna y además están protejidos por la inolvidable diosa Dulima, que alguna vez estuvo con nosotros, visitándonos” y Maleiwa mirándolos uno a uno entre la candela que le cubría el cuerpo, les dijo “Claro que sé donde está Inhimpitu pero se me prohíbe decirlo porque no estoy autorizado para ello. Así lo ha decretado el universo. Sin embargo hablaré con el dios Juyá y con su esposa, la diosa Pulowi para que vengan y les digan donde está Inhimpitu. Ellos si pueden hablar porque tienen permiso” y sin decir nada mas, desapareció de la fogata dejando en el espacio un chorro de luz entre azul , verde y violeta. 




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