domingo, 28 de junio de 2015

EL PAIS DE LA NIEVE Y LA MONAÑA BRILLANTE 92 (La desconocida y fantàstica historia de los pueblos indìgenas de Columbus)





En el pueblo se sentía gran paz y una sensación de gozo como nunca habían sentido. Nadie tenía hambre, ni sed, ni nada, como si un estado de rareza sin explicación, se hubiera asentado en el lugar.
De pronto Zulia, involuntariamente moviò las alas y sin darse cuenta se elevò y siguió volando por encima de su pueblo mientras reia asombrada y dichosa. Todo el pueblo reìa y gritaba en embeleso. Saltaban queriendo volar como Zulia pero se quedaban en el suelo riendo admirados de semejanate maravilla, mientras el pájaro de mil colores y el còndor se fueron tras ella por encima de los àrboles, no fuera que se extraviara en ese vuelo alocado y feliz que llevaba.    
Fue mucho rato el que Zulia aprovechò volando. Dejó de hacerlo porque le dolieron los músculos de sus espaldas y de sus piernas que debía mantener horizontales en el aire. Entonces regresaron al pueblo que los esperaba feliz, asombrado y mudo frente a aquella maravilla inexplicable. Todos agacharon sus cabezas en signo de humildad y obediencia a su princesa.
“Ahora que todo se ha cumplido” dijo Millaray acercándose a Zulia “Nos iremos porque debemos cumplir cosas prometidas al señor de las lluvias Juyà, a su esposa Pulowi, diosa de la fertilidad y a los Wuayù en general. Tenemos que visitar al pueblo de los Motilones que quizás nos digan un secreto buscado hace tiempos”. “Se iràn tan rápido?” dijo Zulia como hablando para ella misma. “Ahora que tengo alas y gran alegría, déjenme que los acompañe a donde ustedes van. Los Motilones son mis vecinos y nos respetamos y ayudamos en muchas cosas de modo permanente. Es bueno volver a visitar ese pueblo de guerreros, de gente trabajadora y franca. A ustedes les debo mis alas y quiero estar mas tiempo acompañándolos” dijo Zulia moviendo suave las alas como alistándose a volar. “Pero yo también irè a donde mis amigos los Motilones” dijo Guaymaral. “Dejar sola a Zulia no me parece bien, y aunque tenga que caminar horas, llegarè a ese pueblo para estar con ustedes mas tiempo”. “No tiene que caminar ni esforzarse tanto, guerrero Guaymaral” Dijo Cajamarca envolviendo mejor  al Tunjo, que millaray tenía descuidado en sus brazos. “Puede venir con nosotros en el còndor. En sus espaldas hay mucho sitio disponible y usted puede ir allì sin problemas” “Verdad nobles visitantes? Eso serà una experiencia inolvidable para mi. Viajar en las espaldas del còndor será una maravilla”. “Venga, venga con nosotros, amigo Guaymaral” dijo el pájaro de mil colores parándose en las costillas del còndor “Estaremos orgullosos de ir acompañados por el mas bravo guerrero de èstas tierras”. “ Verdad?, entonces espèrenme un momento alisto algunas cosas para el viaje y para llevarles algo a los jefes de ese pueblo” dijo Guaymaral caminando ágil a su grande choza.


























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