domingo, 14 de septiembre de 2014

EL PAIS DE LA NIEVE Y LA MONTAÑA BRILLANTE 51 (La desconocida y fantástica historia de los pueblos indígenas de Columbus)



Desobedecido el dios por aquellos torpes mensajeros, el cóndor de los Andes les dijo en voz baja a Millaray y Cajamarca “Nosotros deberíamos ir a ver donde hay un buen lugar para vivir en la tierra”. “No, como se te ocurre. Esperemos otro poco porque las cosas no están como para hacer locuras” le respondió Millaray acomodándose mejor en las espaldas del buitre, mientras Cajamarca observaba con atención lo que Caragabi hacía ahora.
Con su gran poder, el dios escupió entonces dos veces en el suelo, cubriendo su saliva con una totuma que uno de sus amigos le trajo, habiéndola cortado primeramente por la mitad. En seguida y como un sortilegio, la saliva se transformó en una paloma blanca que salió volando a velocidades insospechadas por encima de los torrentes y los mares que se habían formado hacìa poco.
En su vuelo vió a los anteriores mensajeros, entretenidos en sus cosas, pero no les dio importancia y siguió juiciosa a cumplir el mandato del dios. Se demoró en su vuelo  buscando el lugar deseado, que finalmente descubrío en parajes envidiables, donde podían vivir los supervivientes del diluvio sin que les faltara nada.
Y entonces regresó a donde el dios Caragabi estaba, diciéndole “Precisamente gran dios Caragabi, en el Chocó, donde usted vivió mucho tiempo, antes del diluvio, encontré las mejores tierras donde puede volver a vivir como lo que usted es, un dios”. “Verdad, buena mensajera?” dijo Caragabi emocionado “Podré volver a esas tierras?”. “Si, gran dios Caragabi” respondió la paloma echando otra vez a volar, sin importarle el entusiasmo del dios que quería cogerla quizás para cortarle las alas, Pero la paloma se fue velóz para salvarse de aquellas manos desconocidas y porque quería encontrar algo de comer.
Entonces Cajamarca le dijo a Millaray “Ya es hora de que nos acerquemos a ellos porque la paloma les ha traído el buen mensaje. Ahora sé que necesitan de nuestra ayuda”.
Así, el cóndor batió las alas, elevándose en el aire tranquilo y húmedo, llegando a la peña donde estaba Caragabi con sus diez amigos.
El dios no se asustó al ver a semejante buitre a su lado. Inmediatamente lo reconoció acordándose de esos antiguos visitantes que lo habían encontrado tiempo atrás en las selvas del Chocó, y que el no había atendido por las preocupaciones que mantenía.
“Ahora sabemos que podemos ayudarlos. Ustedes necesitan irse de aquí porque la paloma les ha dicho donde pueden, ahora si, vivir tranquilos, así que nosotros los llevaremos en el cóndor” les dijo Cajamarca indicándole al buitre que bajara un ala. “Agárrense del ala que el cóndor ha bajado, y dejen que èl mismo los suba para que se acomoden en su espalda” ordenó el joven.
Entonces Caragabi avergonzado por su actitud pasada, cuando ellos se le habían presentado, se agarró de algunas plumas del ala, lo mismo que sus amigos. En un instante estuvieron en las costillas del buitre donde se acomodaron, listos a irse a donde la paloma les había indicado. “Ustedes dònde estaban y porque hacen esto con nosotros?” les preguntó el dios Caragabi a Cajamarca y a Millaray a la que se quedó mirando porque estaba muy bella y luminosa. “No se nada de ustedes. Ustedes son dioses?” preguntó de nuevo Caragabi. Pero Millaray evitando la respuesta, le ordenó inmediatamente al buitre “Cóndor de los Andes, vuele a donde la paloma nos diga. Ella nos guiará a los buenos lugares”. Entonces el cóndor abrió las alas, saltando al vacío y volando por encima de las aguas que eran muchas, obedeciendo las indicaciones de la paloma, que iba velóz adelante.


No hay comentarios:

Publicar un comentario