Pero
los hombres no lograban derribar el árbol.
Habían
trabajado todo ese dia con su noche, y sin descansar siguieron dando hachazos
el dia siguiente y también en la noche de ese día, y al otro día, hasta que
finalizando el tercero, el árbol cayó entre sordos ruidos callando a la selva por
la extrañeza del sonido, pero no se desplomó del todo porque miles de bejucos y
ramas de árboles vecinos lo detenían en la caida.
Caragabi
se incomodó, porque si Genene no caía bien, no podría fertilizar el mundo con
sus aguas.
Llamó
entonces a varios animales para que se encaramaran por las ramas y cortaran los
bejucos que le impedían la caida. Debían subir con una fruta en la boca y el
que cayera antes de que la fruta tocara el suelo, sería el poderoso bruto que
definitivamente tumbaría el árbol.
El
primero en subir fue el mico llamado Yerro, que Caminó y saltó entre las ramas
examinando los bejucos para ver como los cortaba, pero al lanzarse al suelo
después de soltar la fruta que tenía en la boca, no pudo caer primero que ella.
Entonces se quedó por ahí arrinconado, con los huesos y los músculos adoloridos
por el porrazo, y medio avergonzado delante de Caragabi y de los hombres, que
lo miraban en silencio.
Entonces
el mono Zria se animó a subir llevando también una fruta en la boca, y cuando
estuvo bien arriba la soltó, pretendiendo tocar el suelo antes que ella, pero
no pudo porque la fruta cayó rápida partiéndose en el golpe. También se quedó a
un lado, callado y escondido junto a Yerro que lo miró entre las ramas sin
decirle nada.
Le
tocó el turno a la ardilla Chidima, que muy ligera desenredó los bejucos, y al
terminar, cayó de un solo golpe con la fruta y con el árbol Genene que contenía
el agua de los hombres.
Esas
aguas empezaron a brotar entonces del genene, arrastrando con sus ondas a todos
los vivientes, menos a Caragabi y a sus diez amigos que se habían subido a una
elevada peña para salvarse del torrente.
Un
año duró esa inundación, al final de la cual, Caragabi le ordenó a una garza
que volara por el mundo a mirar si había quedado algún punto bueno para vivir.
Pero la garza no volvió porque se quedó comiendo pescado y mucha cebada que
encontró en el agua y en algunas tierras altas encontradas en su vuelo.
Como
Caragabi vió que la garza no venía, llamó a un gallinazo ordenándole que volara
por encima del mundo a ver donde había un lugar bueno para vivir, pero tampoco esa
ave volvió porque se quedó comiendo peces muertos que encontró sobrenadando en
las aguas.
Entonces
Caragabi, afanado porque no tenía las noticias que necesitaba, le ordenó a un
patogujo o pato de monte “Vaya patogujo. Vuele, vuele mucho y mire a ver donde
hay un lugar bueno en la tierra para vivir” y el patogujo se fue veloz pero no volvió
porque a corta distancia vio a los peces guacucos que le gustaban mucho y se
entretuvo comiéndoselos, olvidando el pedido que le había hecho Caragabi.
Desobedecido
el dios por aquellos torpes mensajeros, el cóndor de los Andes les dijo en voz
baja a Millaray y Cajamarca “Nosotros deberíamos ir a ver donde hay un buen
lugar para vivir en la tierra”. “No, como se te ocurre. Esperemos otro poco
porque las cosas no están como para hacer locuras” le respondió Millaray
acomodándose mejor en las espaldas del buitre, mientras Cajamarca observaba con
atención lo que Caragabi hacía ahora.
Con su gran poder, el
dios escupió entonces dos veces en el suelo....................
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