Conocimos
todo eso pero no logramos encontrar la flor milagrosa que nos hubiera hecho
poderosos e inmortales como Are. . .Ahora tenemos que seguir viajando a ver que
nos tiene el destino” terminó de decir Cajamarca siendo escuchado por el pueblo que se había acercado en
silencio para oirlos.
“Deberían
ir donde los indios Guane que en éstos días nombrarán nuevo cacique,
sometiéndolo a duras pruebas Harán competencias duras, de gran resistencia física, ofrendas a sus dioses, y
sacrificios largos para recibir conocimiento, sabiduría y así elegir al mejor. Si
ustedes van, el pueblo estará doblemente contento. Su visita será para ellos
como si las estrellas los acompañaran y como si el pájaro del cielo les llevara
un mensaje.
El
gobernante elegido, será fuerte de cuerpo, lúcido de mente y bondadoso de corazón.
Así que nombrarán a un hombre valiente y sabio. Ese cacique quizás tendrá el conocimiento
para que les diga lo que deben hacer y a donde deben ir para encontrar la
montaña brillante” les aconsejó el anciano jefe que también viajaría allá,
porque había recibido la invitación de elección del cacique, a través de un
indio que vino corriendo velóz por las montañas y los valles. “Allá en una choza
está descansando el indio que me trajo la invitación para asistir a la elección
del cacique. Con el me iré pero será un viaje difícil porque ya estoy cansado.
Mis años se han convertido en una carga que me impide moverme fácilmente”. “No
se preocupe gran jefe Muzo, se va con nosotros. Nos vamos en el cóndor de los
Andes y así llegaremos rápido allá, y sin problemas” dijo Millaray contenta de
seguir viajando en el buitre.
Entonces
el gran jefe dijo “Gracias por permitirme acompañarlos, pero espérenme un
momento me alisto junto con el mensajero Guane que también se devolvera con
nosotros”. “No hay problema. Traiga al mensajero, que en el cóndor hay espacio para
todos” le dijo Cajamarca volteándose a las montañas cercanas, haciendo bocina
con las manos para que el ave lo escuchara “Cóoondor de los Andeeees, cóoondoooor
de los andeeees, venga inmediatamenteeeeee”. Al poco tiempo vió venir al buitre
en su vuelo suave pero poderoso.
Llegó
como una seda, descolgándose de la neblina, rompiéndola en pedazos con su
fuerza. El pueblo se vino corriendo para verlo y admirarlo, mientras el ave saludaba
a Millaray y a Cajamarca “Gggrrrr, gggrrrrrr” que se le acercaron agarrándosele
de una vez del ala para que los subiera a su espinazo. Allá se acomodaron como
sabían hacerlo, esperando al jefe Muzo que pronto apareció apretujado entre la
muchedumbre, acompañado del mensajero Guane que no hacía sino mirar al buitre
con temor e incredulidad. “Agárrense de las plumas del ala, que el cóndor los
traerá hasta aquí. Estén tranquilos” les dijo Cajamarca empujando el ala del
pájaro, que la bajó en un segundo. Los dos hombres pronto se vieron alzados por
encima de la gente y puestos asombrosamente en unas anchas y largas espaldas
emplumadas donde se sintieron tibios y cómodos. Quedaron al lado de los jóvenes
que muy animados les indicaron qué hacer para que estuvieran seguros y sin
peligro de caerse “Métanse entre las plumas para que el frio no los penetre y
para que la altura no los asuste” les dijo Millaray ordenándole al cóndor “Cóndor de los Andes, vámonos pues. Coja la dirección
correcta del pueblo de los Guane”. “Como ordene princesa. Eso no está muy
lejos. Pronto llegaremos allá” contestó el ave impulsándose hácia arriba, porque
el pueblo no le daba espacio para correr y encaramarse en el viento. Pronto
estuvieron sobre la gente que gritaba y saltaba diciendo “Adioooos y que
vuelvaaaaan, hijos de Are, hijos de las estrellas. No nos olviden, que nosotros
tampoco los olvidaremos” mientras cóndor se deslizaba en una especie de juego
con el viento, dando vueltas encima de las chozas a modo de despedida para
luego irse entre la fria neblina que los hizo invisibles en poco tiempo.
“La capital de los cacicazgos Guane”, dijo de
pronto el cóndor volteando un poco la cabeza llamando la atención de sus
viajeros “La capital de las tribus Guane, queda en la meseta de Gérida, que
quiere decir “Tierra parecida al cielo”, de modo que volaremos allá sobre
poderosas montañas y hondos cañones como el Chicamocha, que forma parte de los
territorios Guane.
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