sábado, 9 de febrero de 2019

EL PAIS DE LA NIEVE Y LA MONTAÑA BRILLANTE 136 (La desconocida y fantástica historia de los pueblos indígenas de columbus).......2




Asì pasaron las horas hasta que fue anocheciendo.
Mas o menos a las ocho de la noche terminarìan las ceremonias y entonces el pueblo saldría para invocar a su dios creador Saymaydodjira y luego esperarìan la llegada de su dios Sabaseba, creador de la luz y de la vida y organizador del universo.  Sabaseba bajarìa del cielo por una cuerda de pelos de animales que los Motilones habían añadido y elevado al cielo para estar en continua comunicación con èl.
No fue mucho lo que tuvieron que esperar los visitantes  junto al cacique Ñatubay y a los indios guardianes del pueblo.
 A las ocho salieron los aborígenes de las chozas habiendo terminado los ritos. Se les veia cansados, hambrientos y ojihundidos por la dedicación puesta a la comunicación con el universo.
Los  viajeros del còndor, se habían entretenido varias horas, mirando volar a la princesa Zulia que estaba encantada con sus alas, sintiéndose semejante a una diosa y semejante también al mas bello pájaro de la tierra. Volò mucho sobre el poblado y por encima del bosque cercano mientras el Tunjo la acompañaba yendo a su lado, porque aquella criatura tenía la facultad de elevarse en el aire y de ir por el espacio como quisiera, sin necesidad de alas.
Aparte de eso, el còndor también acompañò en sus acrobacias, a Zulia. Le pareció mal quedarse en tierra cuando podía ir junto a  ella enseñándole las tècnicas de vuelo que eran muchas y de gran delicadeza. Y para redondear aquel paseo en la tarde que ya iba terminando, también el pàjaro de mil colores iba allì, orgulloso de haberle dado las alas a la princesa, cosa que hicieron junto con el Tunjo que se las había prometido desde hacìa setecientos años……. y por fin había cumplido.
El cacique Ñatubay estaba feìz con aquella visita tan  interesante. No se iba de su lado porque estar junto a aquellos personajes lo hacìa sentir dentro de una magia difícil de explicar.




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